martes, junio 2

Una mirada al corazón mecánico de un país

A car for every purse and purpose
Alfred P. Sloan


En 1908 Henry Ford presentó su memorable modelo T de producción en serie logró bajar los costos, en pocos años tener un auto no fue algo exclusivo de millonarios y casi cualquiera manejaban su automovil que costaba apenas unsos cientos de dólares, pero su gran aportación también lo condenó pues no ofrecía muchas novedades y apenas se podían escoger los colores pues Ford decía:

“cualquier cliente puede tener el coche del color que quiera siempre y cuando sea negro”
El negro era el color que menos tiempo tardaba en secar y así se aceleraba la cadena de ensamblaje pero para 1927 el año en que dejó de producirse otra compañía ya lo había superado.

Buick modelo 17 de 1910

Eran los años que corren entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial que se caracterizan por el desenfreno y el derroche económico donde las clases medias alcanzaron un alto poder adquisitivo así que la idea de conseguir un automovil simple y utilitario era menos atractiva que comprar una máquina que les diera prestigio y poder, así General Motors en manos de Alfred P. Sloan se convirtió en un paradigma der la empresa capitalista ¿cómo lo hizo? Desarrollando lo siguiente:

-Diversificación – Sloan no sólo hizo lo posible por comprar las empresas de otros productores de automóviles como Buick, Cadillac y la alemana Opel, entre otras (el señor Ford siempre se negó a vender), también adquirió líneas de tranvías y ferrocarriles entre las ciudades para sustituirlos con autobuses que ellos producían. Así se creó un fuerte corporativo llamdo “la familia GM”
- Introdujo la estrategia de vender un modelo diferente de sus productos cada año, de donde se origina el concepto de obsolescencia planificada, piedra angular del capitalismo pues se obliga al consumo .

La empresa superó de este modo la crisis de 1929 y para la Segunda Guerra Mundial se diversificó aun más al producir armamento y transportes no sólo para los aliados pues se acusó a Sloan de apoyar al régimen nazi, pues su presidente admiraba el modo de administración empresarial de Hitler que permitía el libre mercado, mientras en Estados Unidos el Estado intervenía en la economía como política de Roosevelt (New Deal), para paliar la gran depresión.

La activación de la industria bélica, además de no sufrir daños en su territorio, sacó a EU de la crisis económica, por supuesto uno de los mayores beneficiados de llamaba General Motors, tanto, que durante la guerra su participación en el mercado local era de 41% y se volvieron tan influyentes que en 1953 el presidente Eisenhower nombró ministro de defensa a Charles Erwin Wilson, nada menos que el presidente de GM quien entonces pronunció una frase que fue una realidad absouta durante décadas: "Lo que es bueno para General Motors es bueno para el país." No podía ser de otra manera pues en 1956 con el 54% del mercado 50 millones de autos vendidos y más de 600 mil empleados era el inversor privado más grande de su país, daba empleos y ciudades enteras funcionan gracias a esa industria, por lo que no es de extrañar que las decisiones se tomaran en consenso.

Classic Chevrolet 1957 el mejor representante de GM en la posguerra


Una empresa de semejante importancia y trascendencia a nivel no sólo económico sino social proveyó de status al “American way of life” sus autos se insertaron en la cultura popular y es difícil concebir a Estados Unidos sin General Motors, por eso su bancarrota marca una coyuntura en el desarrollo del capitalismo que también se enfrenta a inevitables cambios. La competencia asiática con la que las anquilosadas empresas estadounidenses no pueden competir por el precio de la mano de obra, la caída en las ventas, la imposibilidad de vender sus vehículos más caros en Europa donde se consideran un exceso e inviables para sus carreteras (caso de Cadillac y Hummer), entre otros aspectos, han obligado a GM a transformarse y permitir que el gobierno de Barak Obama intervenga para salvarlos en una suerte de expropiación matizada. Veremos cómo afecta esto a la márca más emblemática de nuestro vecino del norte y el modo de producir autos que sin dudas para mi los de Chevrolet son los más bellos auqnue para demostrar la baja en sus ventas poseo un auto japonés que no me decepciona en velocidad.



The Knight Rider (El auto increíble) un Pontiac Firebird Trans Am

Vía:
Wikipedia
CNN expansión

Imágenes vía

taringa
personal

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