lunes, diciembre 21

Felicidades

¡Feliz 2010!

Para despedir el año e irnos de vacaciones dejo una muestra de tarjetas de felicitación de navidad y año nuevo menos religiosas y más patrióticas de la extinta Unión Soviética:








Fuente

Vistas de navidades pasadas

México se adentró en la globalización al tiempo que la Revolución se institucionalizaba. De la sociedad agraria que fundaba sus tradiciones principalmente en el mundo católico novohispano queda ya muy poco. A algunos, incluso, sorprenderá saber que el arbolito de navidad, es una costumbre que llegó a nuestro país después de la Segunda Guerra Mundial cuando el "american way of life" era una excentricidad de los ricos más ricos.
La película que Gabriel Figueroa filmó con Pedro Infante en 1948; Ustedes los ricos nos permite ver esto; en la primera imagen la casa de la abuela de Chachita en una gran fiesta donde podían presumir su árbol que bastante raquítico para ser un pino era una muestra de ostentación pero no de tradición:



En las siguientes imágenes vemos la navidad de los pobres con el Nacimiento y la piñata para las posadas. Pero ¿cuándo se popularizó el árbol de navidad entre otras clases sociales?
La película también nos da una pista pues el personaje de Fernando Soto "Mantequilla" un brasero que regresó a la ciudad con influencia de su vida del otro lado pregunta a los habitantes de la vecindad cuándo pondrán el árbol y si Santa Claus traerá regalos antes que los Reyes Magos.




El trabajo brasero que inició durante la Segunda Guerra Mundial permitió que muchos mexicanos trabajaran en Estados Unidos para sustituir a los hombres al frente; algunos regresaron a su país con nuevas costumbres que se fueron popularizando con apoyo de la publicidad: Santa Claus y el árbol son ejemplo de ello; las navidades en México a principios del siglo XX eran muy diferentes y más religiosas. El cine de la época de oro nos permite ver algunas escenas del México que se nos fue.

miércoles, diciembre 2

De paseo por la ciudad

Soy culpable del cargo de vagancia excesiva. Todo se lo debo a Georges Duby, él decía que los historiadores debemos “vivir el espacio” y yo como lo admiro mucho, pues le hago caso. Camino y camino por el Centro Histórico muchas veces sin pretexto aparente.

Un día de esos en que por trabajo no pude salir a ningún lado estaba viendo el foro sobre México del ayer y empecé a jugar con el Google Street View, lo que resultó en un vicio que no he podido dejar.

Personalmente creo que la ciudad ha visto mejores épocas y que del mote la Ciudad de los Palacios apenas nos queda un recuerdo, las construcciones actuales me parecen aburridas e insípidas, pero en fin, esa es amargura de otro post, mientras veamos:

La Casa de Amadita Díaz y su muy "de ambiente" marido Ignacio de la Torre y Mier que estaba en Reforma 1. La perdieron con la Revolución y en los años 20 pasó a ser propiedad de la Lotería Nacional donde finalmente construyeron su emblemático edificio:

Un poco antes de la Revolución la Calle de Madero se llamaba San Francisco y en la plaza Guardiola estaba la hermosa casa de los Perros, llamada así porque tenía remates de animales a modo de gárgolas, obra de Lorenzo de la Hidalga fue demolida para construir un edificio del Banco de México.

Más allá de la plaza y su lindo jardín se alcanza a apreciar una serie de comercios en lo que unos años después sería el palacio de Bellas Artes, pero que entonces eran locales que aprovechaban el "mientras se construye" que se prolongó hasta 1935. El edificio de la Aseguradora Latinoamericana a la izquierda es el antecesor del rascacielos que conocemos hoy y que pronto será un gran hotel. Los carruajes con caballos o mulitas circularon por la ciudad hasta 1924. A partir de entonces Madero fue insuficiente, tanto, que hoy es peatonal buena parte del tiempo.






El Convento de Santa Isabel se encontraba donde hoy es el palacio de Bellas Artes, ese proyecto porfiriano de un gran teatro nacional para sustituir aquel de los tiempos de Santa Anna que se demolió para dar paso al progreso en 1900. Me parece que la desaparición de este teatro marca un gran cambio urbano pues se abrió la amplia avenida 5 de mayo hasta el Zócalo y en San Juan de Letrán con la nueva disposición se amplió la avenida hasta hacer un eje vial como lo vemos hoy.

El convento cambió de usos con las leyes de Reforma, como podemos ver, era una fábrica de sedas y contrastaba con la casa de los perros que vemos a la derecha, para entonces el club de banqueros. Con los cambios fue posible construir el edificio de la Mutua, una aseguradora muy importante cuyo edificio pasó a manos del Banco de México cuando Plutarco Elías Calles lo fundó y es ahí donde se decide buena parte del destino económico de nuestro país.








Por cierto, el teatro nacional estaba sobre 5 de mayo a la altura de Bolívar, donde era el final de la calle, ahí se construyó un edificio que hoy es, también, propiedad del Banco de México:



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Perdón por la foto, los celulares son traicioneros.

¿Quieren más? Vayan a México del ayer y a Google Street View

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