lunes, octubre 10

El Museo del Juguete Antiguo Mexico


En varios pisos sobre una dulcería de Dr. Olvera en la colonia Obrera tenemos el Museo del Juguete Antiguo Mexico, iniciativa de Roberto Shimizu un arquitecto japonés que felizmente no se convirtió en un acumulador y desde 2006 nos comparte su enorme e impecable colección de pedacitos de la vida cotidiana de los mexicanos del siglo XX. 


Decenas de vitrinas muestran miles de objetos singulares como una suerte de gabinete de curiosidades del siglo XXI, que maravillan a los visitantes, quienes van descubriendo recuerdos de tiempos pasados entre vitrinas a modo de caleidoscopios y estantes que son en sí mismos pequeñas obras de arte. Las personas exclaman:  ¡yo tuve ese! y ¡ese también! o ¡ahhh ese no me lo compraron!
La colección expuesta en cinco salas abarca desde los últimos años del siglo XIX, hasta la década de los 90's cuando el Tratado de Libre Comercio y las crisis económicas recurrentes condenaron al olvido a las marcas productoras de juguetes nacionales como Lili Ledy y Exin México. 


Se pueden ver muñecas, hombres de acción, miniaturas, armables, juegos de mesa, cochecitos, trenecitos, transportes de parques, entre miles y miles de objetos que nos cuentan cómo era la vida en México, se antoja, sin duda, construir la biografía cultural de estos juguetes y su proceso de singularización desde un producto mercantil condenado a terminar en la basura en manos de un niño, hasta su existencia en un museo como objeto casi sacralizado.* Todo un festín para el historiador cultural como yo, interesado en el siglo XX y su vida cotidiana; pues los juguetes se activan como una recreación de la realidad que divierte y prepara a los niños y niñas para los roles que ocuparán en la sociedad. Así vemos pequeñas gasolinerías Pemex, juegos de té, vajillitas, artículos domésticos, y hasta juegos de pulquería, sin duda reflejo del modo de pensar de quienes los jugaban.


El Museo es una iniciativa de particulares, y se nota, pues no existe la pedantería institucional y es un placer visitarlo, como reencontrarse con viejos amigos que uno tenía olvidados en un rincón. Abre todos los días, incluso los lunes de 9 a 6, sábado y domingo hasta las dos de la tarde. 


Además cada mes organizan encuentros de coleccionistas donde puedes comprar y vender además de juguetes, objetos antiguos. Anden, yo se que les dio curiosidad, vayan pronto, mientras, visiten su blog para checar los próximos eventos: Museo del Juguete y en @MuseodelJuguete






*Igor Kopytoff, "La biografía cultural de las cosas. La mercantilización como proceso", en Arjun Appadurai, ed. La Vida social de las cosas, México, Los Noventas, Conaculta, Grijalbo, 1991, pp. 89-121

miércoles, agosto 31

100 segundos en la moda

Una notita rápida:

Se trata de un cortito hecho para Westfield Stratford City que resume la moda de 1911 a 2011. Mírenlo, lo amarán.


lunes, agosto 1

I want my Mtv


Ladies and Gentlemen ... Rock and Roll...!!!

Era primero de agosto de 1981 cuando Mtv salió al aire por primera vez en la televisión por cable de Estados Unidos. Se valió de una reinterpretación de imágenes de dominio público sobre la llegada del Apollo XI a la luna, como preámbulo al video de The Buggles,Video Killed The radio star, pero claro, todos sabemos eso.





¿Qué hace Mtv en este blog de historia? Pues resulta que todo es historia, todo lo que es producto del hombre. Mtv es determinante en la cultura popular y la economía de un mundo globalizado por varias razones: es protagonista de la diversificación de la señal de paga para televisión que se volvió un negocio multimillonario a mediados de los 80's . Es regulador de los gustos musicales de miles de jóvenes que corrían a comprar lo que el canal programaba y se vestían como los músicos de moda; la rebeldía es un jugoso producto de consumo. Y, entre otras cosas modificó la industria de la música, pues la exposición masiva en la televisión, obligó a privilegiar la apariencia física sobre la calidad o el talento musical.


También porque soy un anciano que maldice a la nube y me gustaba mi Mtv, aquel de 1993, que me hipnotizó cuando vi el primer video; Disarm de Smashing Pumpkins. Ese que me dio invaluables horas de educación musical y visual; el culpable de que no pueda mantener mi atención sobre algo más allá de la duración promedio de una canción.

Pero de eso ya no queda nada.

Mtv inició su destrucción cuando inventó el reality show; The Real world y su memorable premisa:

This is the true story... of eight strangers... picked to live in a house...work together and have their lives taped... to find out what happens... when people stop being polite... and start getting real...1
El internet con su acceso ilimitado a todo tipo de videos en cualquier momento y las decisiones corporativas han convertido Mtv en una vulgar muestra de reality shows, tan absurdos como lucrativos. Francamente sólo nos queda por celebrar el recuerdo de lo que fue, entre 1981 y quizá 1999, porque hoy en día no veo mucho qué celebrar.
Reality killed the video star”

Links de celebración:
Time Specials, 30 All -TIME best music videos
Video Star 30 years of MTV
We still want our MTV

lunes, julio 25

Marybel



Marybel fue una muñeca que Madame Alexander, compañía pionera en muñecas temáticas, comercializó en 1959. Por culpa de un accidente con su pony se rompió en cachitos y necesitaba yeso para recuperarse. La caja original, un coqueto portafolio de cartón decorado, incluía yesos para las piernas y brazos, muletas, lentes de sol y un hermoso vestido.



Marybel es ahora un apreciado artículo vintage, la percibimos como un objeto extraño, un tanto tétrico, y por eso, es muy buscada por los coleccionistas. Se puede comprar en buena condición aquí, si les interesa. Pero ¿por qué una muñeca con muletas? Quizá los creativos de Madame Alexander eran básicamente morbosos con humor negro, o tal vez, esa es la impresión desde nuestro punto de vista del siglo XXI, así que pensemos un poco como personas de los 50's:

En ese entonces (1959), la poliomielitis era una epidemia que afectaba a muchas personas en su infancia. La enfermedad ataca la médula espinal entre los 4 y los 15 años; se transmite por contacto persona a persona infectada o por secreciones de nariz o boca contaminadas con el poliovirus. En los peores casos, las personas mueren por complicaciones pulmonares, pero en la mayoría dejaba diversos grados de parálisis en las piernas. Incluso un presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt padeció esta enfermedad, no podía caminar, y usaba silla de ruedas cuando no estaba en público. Suerte que en esos años aún reinaba el radio como medio principal de comunicación y su imagen permaneció impecable.



En 1954 se inició la campaña de vacunación con una solución inyectable y cara; fue hasta 1964 que se comercializó masivamente la vacuna por vía oral que el doctor Albert Bruce Sabin logró obtener. A la fecha la vacuna lleva su apellido. En 2006 la OMS declaró que la polio sólo subsiste en cuatro países. Nigeria, Pakistán, India y Afganistán. Sin embargo, de vuelta en 1959, la polio como epidemia no mermaba y por el contrario se multiplicaba en países industrializados como Estados Unidos, donde era muy común, que algunos niños enfermaran y pasaran su vida con aparatos y muletas para compensar la extrema debilidad de sus piernas.

Marybel estaba pensada para ese público, la enfermedad no era característica de la pobreza, por el contrario, el mayor número de casos se dio en las clases medias. Madame Alexander vendía empatía a las niñas con muletas de 1959. Todo un sueño comercial en una linda caja, Si ustedes tuvieran una hija enferma ¿le comprarían esta muñeca?. Yo sí lo haría.


referencias:


martes, junio 21

Takashi Murakami


Dicen por ahí que para el historiador del arte es mejor lidiar con los artistas muertos, yo estoy de acuerdo casi siempre pero, incluso para una ñoña del pasado como yo, hay algunos artistas contemporáneos que son entrañables, es el caso de Takashi Murakami que, a propósito de su doodle para celebrar el verano, merece un espacio en este blog.

Murakami, el ilustrador no el escritor, nació en Tokio en 1962, es creador del concepto "superflat" para describir su obra y la de sus seguidores, un arte bidimensional. Bonito, ¿no es así?, extremadamente cursi y decorativo; cientos de bolsas Louis Vuitton con el diseño de Murakami se vendieron precisamente por "monas". No es de extrañar, el movimiento lowbrow art en el que se inscribe este artista utiliza recursos como estos para lograr un efecto no racional que es lo contrario de la experiencia estética. Es decir "lo Kitsch".
El Lowbrow art al que también pertenecen Mark Ryden y Marion Peck, pretende elevar las expresiones plásticas de las subculturas como el otaku o el gótico a las grandes galerías llenas de arte intelectualizado, como un recurso de la ironía del consumismo posmoderno. Murakami logró con esta idea exponer ni más ni menos que en Versalles:



Se trataba de oponer el arte culto o highbrow con expresiones vanas, una suerte de profanación del espacio museístico que llevara a miles de personas que normalmente no acuden, tal como sucedió con la obra de Jeff Koons en el mismo espacio. Todo un éxito conceptual y económico, por cierto ¡cuánto le habrán pagado por el doodle?







lunes, junio 13

Pedacitos de lo perdido

En la esquina de Avenida Juárez y Balderas existía un hotel que por su historia y trágico destino se volvió legendario: el Regis.
A pesar de su aspecto porfirista, su inauguración data de 1914, ocupaba buena parte de la propiedad que fue el convento de San Diego, a un costado de la Alameda. Durante los años 20 le añadieron una salita de cine muy elegante de estilo afrancesado con capacidad para 650 personas que podían admirar la decoración y el plafón en forma de bóveda, además de estrenos nacionales e internacionales.

En la década de 1940 el empresario Anacarsis "Carcho" Peralta compró el hotel, con su excelente ojo para los negocios, lo convirtió en un lugar aún más selecto por su esmerado servicio y decoraciones de lujo para adquirir fama internacional.
El céntrico edificio contaba con alberca, exquisitos baños de vapor, peluquería, farmacia, billares, y por supuesto, el bar Capri, donde se presentaba Agustín Lara, y que, con el bar el Quijote, donde amenizaban grandes orquestas, además del Cine y el Hotel del Prado que el arquitecto Carlos Obregón Santacilia diseñó en la contra esquina en 1933, hicieron de la Avenida Juárez una zona cosmopolita y llena de animada vida nocturna durante los años de bonanza económica, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y, el Milagro Mexicano, que se prolongó hasta finales de los 50's, la misma época de oro del cine mexicano.

Las paredes del Regis nos contarían las intimidades de sus huéspedes tan famosos como Pedro Infante, María Félix, Jorge Negrete, Frank Sinatra, Marilyn Monroe y Richard Nixon, entre otros muchos, pero las paredes no hablan, y menos esas que ya no existen. El Regis, se desplomó e incendió durante el sismo de 1985, el mismo que dejó herido de muerte a su competencia, el Hotel del Prado, con todo y su mural de Diego Rivera acerca de la Alameda. Avenida Juárez se convirtió en una ruina y los grandes consorcios hoteleros buscaron ubicarse lejos del Centro histórico que por décadas cayó en el abandono. La ciudad de México nunca vovió a ser la misma.




Donde estuvo el Regis hoy vemos una plaza llamada de la Solidaridad, aunque más bien parece parque de los ninis de la tercera edad. No es un lugar bonito, pocos se aventurarían ahí por la noche, ni con la novedad del carrusel tan colorido que pusieron. El piso roto y levantado por todas partes, nos recuerda la dificultad de construir en esta ciudad y las joyas arquitectónicas y de la vida cotidiana que se destruyeron hace 26 años. Por eso llama la atención ese lugar, en la calle Colón, junto a la plaza, es un pequeño restaurante desde los años 50's: el Trevi (La fuente de los deseos).



Es como un pedacito del tiempo detenido, en 1955, el logotipo, las vidrieras, el mobiliario de vinil, el menú que ofrece café y pastelitos o chocolate con churros y helado en bandejitas de acero inoxidable para disfrutar mientras se mira la Alameda o a través de la plaza, los cambios de la Avenida Juárez que, de a poco, vuelve a ser un lugar de agitada vida de negocios, aunque no de vida nocturna.

En el Trevi, hay un par de murales; vinílica sobre triplay, en la planta baja y vinílica sobre el muro, en el primer piso, pero no se fijen en esas características técnicas, que no importan, pues son este tipo de murales los que dieron personalidad y alegría a miles de negocios en el siglo XX, desde pulquerías hasta marisquerías y cantinas, por decir algunos felices ejemplos. El primer mural alude a la Fontana de Trevi en Roma y el segundo, el más especial, es un homenaje al paisaje de Juárez y Colón en 1955.






De izquierda a derecha, el Hotel del Prado, y su diseño como latas de sardina apiladas, el Monumento a la Revolución, el almacén Salinas y Rocha con sus escaparates y el edificio H. Steele, de la compañía estadounidense de los relojes Haste, que también se derrumbó en 1985; el cine Regis con su maravilloso anuncio como cartela que aparece en tantas películas como Mátenme porque me muero de Tin Tán (1951), y en el extremo derecho, el Trevi, nuevo y reluciente para no desentonar con sus emblemáticos vecinos.



En el Trevi hay cientos de historias, cientos de vistas que nos cuentan la de la Ciudad de México, anden vayan, los atenderá don Pablo quien sirve a los comensales desde 1981 y le encanta contar a los clientes sobre los días anteriores al sismo, los corredores del Prado y las maravillas del Regis, no se arrepentirán.


*Las imágenes son mías, excepto el cartel del Regis que proviene de La Ciudad de México en el tiempo, vayan y visítenlos son geniales.



martes, abril 12

Yuri Gagarin



Hace 50 años, durante la Guerra Fría la URSS dio un paso adelante que dejó perplejos a sus enemigos estadounidenses y sus astronautas. Después de muchas pruebas lograron llevar al primer hombre al espacio; el primer cosmonauta se llamaba Yuri Gagarin, hijo de de un carpintero, fue él mismo un obrero y piloto de grandes méritos.

El 12 de abril de 1961 Gagarin dio una vuelta a la tierra a bordo de la nave Vostok 1 y este es un extracto de sus memorias:

A través de la ventanilla de la cosmonave, la Tierra tenía un aspecto muy similar al que se presenta cuando se vuela a gran altura en aviones de chorro. Se distinguen con claridad los macizos montañosos, los grandes ríos, las extensas zonas boscosas, la costa de los mares. Vi muy bien las nubes y sus tenues sombras proyectadas sobre la superficie terrestre.
Cuando miré hacia el horizonte, divisé con nitidez una curvatura, cosa que no era lo habitual. La Tierra estaba rodeada de una aureola de tiente celeste cálido, luego esa franja se oscurecía gradualmente, se tornaba color esmeralda, azul, violeta y por fin negro carbón.
Contemplé con gran emoción ese mundo nuevo y desusado, procurando verlo todo y grabarlo en mi memoria. Por la ventanilla se asomaban unas estrellas asombrosamente brillantes y frías. Estaba muy lejos de ellas -¡tan lejos!-, pero desde la órbita del Vostok parecían más próximas que desde la tierra. No se trata, por supuesto, de unos cientos de kilómetros que, en comparación con los años-luz que nos separan de las estrellas son una gota en el océano, sino de algo trascendental: el hombre había superado la gravitación terrestre y había salido al cosmos.
Las ventanillas estaban provistas de cristales termoestables. A través de ellos se puede seguir haciendo las observaciones, inclusive durante el descenso, cuando la cabina está envuelta en llamas. Pude comprobarlo en el vuelo cósmico, cuando la nave abandonó su órbita y comencé a entrar en las capas densas de la atmósfera. A través de las celosías que cubrían las ventanillas, vi el reflejo, bastante siniestro, de las llamas entorno a la nave. Pero en la cabina sólo hacía 20 grados sobre cero, aunque se encontraba en medio de una bola de fuego que descendía veloz hacia la Tierra.
Unas celosías especiales protegían los ojos de los rayos solares directos. Tuve que usarlas enseguida tan pronto el sol "asomó" por la ventanilla. En el espacio cósmico la luminosidad es deslumbrante, quizá docenas de veces más intensa que en la tierra.

Yuri Gagarin, extracto de Mi viaje por el espacio, psicología del cosmonauta, en Reportaje de la Historia, t. 4 Barcelona, Planeta, pp. 9-10.
*La imagen viene de Yuriesfera

lunes, enero 3

El Espejo que no te engaña

Por fin se fue el hastío del 2010, el año del Bicentenario, Centenario y demás celebraciones que prefiero borrar de mi memoria. Propaganda insufrible y derroche inútil de dinero, además de mi vajilla conmemorativa del Sanborns que adorna mi mesa... bueno ya, miles de líneas se han escrito sobre la desilusión bicentenaria y ya no tiene caso repetir, ni llorar con el recuerdo de Morelos en las bolsas de hielo Fiesta que parecía salido de una serie japonesa... y el Coloso...el horror.
Empieza 2011 y estamos un poco más cerca del cataclismo que según los mayas (¿?) habrá en 2012 y como vagabundo en las calles de Nueva York es el momento de gritar: ¡arrepiéntanse!!! Ok, no, pero les presento el espejo que no te engaña:



Esta imagen la pintó Tomás Mondragón en 1856 y no servía para decorar ninguna casa, pues el concepto de colgar “arte” en los muros para combinar con los muebles y el gato es bastante nuevo. Este cuadro invitaba a la reflexión, a la meditación sobre la vida llena de excesos, placeres mundanos, la muerte y la putrefacción.

Del mismo modo que las Moiras griegas que, hilaban, medían y cortaban el hilo de la vida, la mano de Dios desde el cielo controla el destino de esta mujer tan vanidosa, como dejan ver los objetos en su tocador y su atuendo tan recargado. Pero es sólo una ilusión, algo momentáneo pues esa belleza no es más que alimento para los gusanos, simplemente carne que no trasciende como sí lo hace el alma si es buena.
Esta imagen responde a una tradición muy arraigada en el Barroco que promovía la reflexión y el arrepentimiento, pues la muerte podía llegar en cualquier momento, por enfermedad, accidente o simplemente por voluntad divina sin importar la edad o condición social. El mensaje de estas imágenes se reforzaba desde el púlpito con terroríficos sermones que seguro hacían temblar a más de uno. La tradición del Memento Mori (Recuerda que morirás), estuvo muy presente en México, incluso mucho después de la Independencia pues aunque cambiaron los gobernantes la religiosidad permaneció prácticamente igual por mucho tiempo a pesar de la tensión con las leyes liberales, por lo menos hasta las Leyes de Reforma.

El Espejo que no te engaña, es pues aquel que te presenta tal como eres, efímero, aunque claro, a esta mujer le sobran costillas.

*La imagen proviene de Juegos de Ingenio y Agudeza, (catálogo de exposición), México, MUNAL, CONACULTA, 1995 y se encuentra en la Pinacoteca de la Profesa, México DF

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