En un pasillo del centro histórico de la Ciudad de México encontré junto a unas lindas playeritas de Carmen Salinas y Rigo Tovar, Stalin, la novela que me hizo feliz por algunos días y buena parte de sus noches pues trata de una de mis más grandes obsesiones; la URSS. Es lo bueno de caminar por las calles de esta ciudad, uno nunca sabe con qué te puede sorprender.
Richard Lourie un periodista experto en cultura rusa, y soviética por tanto, de la Universidad de Berkeley en California utiliza la premisa “León Trotsky quiere matarme” para introducirnos en la psique de Jossif Dzhugashvili un simple georgiano que lejos de la ideología y la intelectualidad que rodeaba a Lenin y sobre todo a Trotsky logró no sólo entrar, sino regir el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) para concentrar el poder del país más grande del mundo y la novela se ocupa de los años que van desde la niñez de Jossif, su paso por el seminario, la cárcel y la Revolución, hasta el asesinato de su gran enemigo en una casa del Distrito Federal en 1940 cuando por fin Stalin se puede ocupar de otro asunto: Hitler, durante la Gran Guerra Patriótica rusa, mejor conocida como Segunda Guerra Mundial.
La narración transcurre entre los pensamientos de Stalin, qué piensa, quiere y cómo lo va a lograr, cómo sobrevivir, hacerse de grupos de apoyo, generalmente de alborotadores dirigentes de los soviets, cómo ignorar el testamento político del dirigente bolchevique que lo descalificaba, pero sobre todo sómo matar a Trotsky, ese pedante judío, tan snob, que entendía poco o nada a la clase obrera y que sin embargo por su cercanía a la direigencia revolucionaria y su autoridad ideológica podía destruir su régimen aún desde el exilio en un país tan lejano como México, al desacreditarlo y exponer un grave secreto sobre su determinante intervención en los últimos días de Lenin.
Stalin fichado por la policía secreta del zar. Tomada aproximadamente entre 1902 y 1910
Así nos convertimos en cómplices de Stalin, presenciamos interrogatorios durante la purga política, crímenes y hasta travesuras que involucran a los dobles del dictador y un poco de alcohol. Stalin se convierte gracias a esta novela en un personaje cínico pero entrañable pues el autor ignora las fuertes medidas económicas para asegurar los logros del plan quinquenal que implicaron por ejemplo una hambruna artificial en Ucrania que costó miles de vidas durante los años 30 y la represión contra el pueblo que significó “el socialismo en un sólo país”, por el contrario como lectores quedamos encerrados en la visión del protagonista, muchas veces sólo dentro del Kremlin en una maraña de burocracia y formas determinadas de comportamiento basadas en la paranoía del mandatario su miedo a que Trotsky revele su terrible secreto.
El texto es de fácil lectura, muy emocionante pues combina la historia con la planeación de un sofisticado crímen, adolece de ser demasiado específica y que pensar en una segunda parte donde Stalin se enfrente a Hitler hasta su muerte en 1953 sería un trabajo de por vida para el autor que seguramente no le veremos realizar. Como sea esta novela es ampliamente recomendable.
*Lourie Richard Stalin la novela, Editorial Planeta
**Imagen de wikipedia commons
2 comentarios:
¡Bienvenida al mundo del blog!
Imagino que al lugar al que te refieres es el callejón de la Condesa ¿no? Uno siempre se lleva grandes sorpresas cuando se va compitiendo con las polillas entre los libros.
gracias,
me refiero al pasillo que está atrás del palacio de correos. Es chiquito pero hay buenas cosas.
Saludos!
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