Últimamente escuchamos una y otra vez cómo las economías del mundo están en recesión, que hay una crisis mundial tan grande que se puede comparar con la de 1929, aquella que se abatió sólo reactivando la economía de guerra al final de la década de 1930. Es un buen pretexto para mirar una imagen de aquella época cuando en 1936 Dorothea Lange tomó una fotografía que se volvió icónica gracias al tratamiento que se le dio en los medios.
La fotografía es más que conocida, pues con el transcurrir de los años, ha aparecido en inumerabes periódicos, exposiciones, libros, y estampillas por nombrar algunos medios. Lleva por título The Migrant Mother y forma parte de una serie de seis fotografías que actualmente se encuentran bajo el resguardo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. La serie se puede ver aquí
Florence Owens Thompson y tres de sus hijos fueron captados por Dorothea Lange con una cámara Graflex para placas de 4x5 pulgadas; un aparato enorme con muchas piezas de madera, una herramienta difícil para nuestra fotógrafa que sufre las secuelas de la polio, y trabaja para la agencia gubernamental Farm Security Administration, uno de los esfuerzos impulsados por Franklin Delano Roosevelt en el contexto del New Deal, esa política oficial que para paliar los estragos de la gran depresión rompió con el estándar del capitalismo clásico, para permitir al gobierno intervenir en la economía y reactivarla, algo que sólo ocurría en la URSS, pero que creo muchos empleos en el campo y la industria.
Dorothea Lange se encontraba en un campo de trabajadores agrícolas en California buscando imágenes conmovedoras para la moral y el nacionalismo de las personas, especialmente en zonas urbanas para que se decidieran a seguir trabajando duro y a cooperar pagando impuestos y comprando bonos que hicieran funcionar el Estado de Bienestar creado por Roosevelt.
Viajando por los campos en su coche Lange encontró un grupo de trabajadores, recolectores de chícharos en ese momento, y se topó en una tienda con una mujer de apenas 32 años terriblemente cansada, viuda, con seis niños, que en la víspera vendió las llantas de su coche para comer y por lo que sus posiblidades de encontrar trabajo a largo plazo en ese lugar eran pocas pero estaba varada. Las tomas que Lange hizo de Florence Owens fueron cuidadosamente planeadas pues sabía el tipo de mensaje que debían transmitir para aflojar la cartera del prejuicioso citadino que podía estigmatizar fácilmente a su musa. En la imagen sólo aparecen tres niños y la composición nos hace atender principalmente la mirada de la mujer que muestra una mezcla entre melancolía y ansiedad que no deja de mover ni al más duro; la elección del blanco y negro ayuda a reforzar el mensaje pues los tonos de grises exaltan los zurcos en el rostro de Florence y dejan ver con mayor impacto el desgaste en la ropa y el estado de la manta que cubre al niño más pequeño. Seguramente la artista pudo optar por trabajar con color pues el proceso se trabajaba desde el siglo XIX y la película a color Kodachrome se introdujo justo un años antes en 1935. Con la elección de tema composición y materiales, se consiguió una imagen que podría calificar de limpia e imecable pues no tiene ningún detalle que pudiera incomodar al espectador como habría sucedido si por ejemplo, ella estuviera amamantando a su bebé y en este sentido la calidad artística de la señora Lange no se podría negar.
La imagen estuvo destinada desde su concepción para la publicidad y de cierto modo para la manipulación pues tiene un mensaje específico, no todas las imágenes captadas entre los trabajadores durante la gran depresión eran de este modo, pues se puede contraponer con la imagen de la familia Whinery de Nuevo México en 1940 donde la pobreza es palpable pero el uso del color da un aspecto más cálido y familiar, pues la intención no era la propaganda.
The Migrant Mother tiene en su historia un pequeño capítulo de intevención pues Dorothea Lange modificó la imagen para su publicación en Survey Magazine y el negativo en 1938 pues no quería dejar rastro de un detalle que empañaba su mensaje. En la foto se veía una mano misteriosa, tal vez un personaje que salía completamente de su concepción del discurso visula, un niño o un pariente que rompería la perfección de su imagen y que con toda seguridad distraería al espectador del mensaje que logro a través de la mirada de la mujer y su sentido de propaganda mostrando una realidad filtrada.
Visto en:
Fotomaf
Shorpy
Ojo digital
Imágenes de Library of Congress y Flickr
lunes, abril 20
La mano misteriosa de Dorothea Lange
Escrito por Trementyna en 11:10
Etiquetas: crisis, divulgación, fotoperiodismo, historia, imagen
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