jueves, abril 16

¿Qué con el Arco Bicentenario?

En enero pasado los gobiernos federal, local, el INEHRM y CONACULTA convocaron a 37 arquitectos de élite para realizar el anteproyecto de un monumento para conmemorar el bicentenario de nuestra independencia. En una escueta propuesta la convocatoria marca los siguientes lineamientos:

[...]la construcción de un Monumento (Arco) conmemorativo de la celebración del
Bicentenario de la Independencia de México. La ubicación propuesta para este proyecto es el Paseo de la
Reforma de la Ciudad de México, en la plaza delimitada por la Secretaría de Salud, la Puerta de los Leones del
Bosque de Chapultepec y Parque del Ariel a un costado de donde hoy se levanta la Torre Mayor.

Esta obra Monumento (Arco), deberá ser hito urbano-arquitectónico, emblemático del México Moderno y un
espacio de conmemoración en el Paseo de la Reforma como remate del trazo original de la avenida (1865).


Los 35 trabajos presentados se enfrentaron al problema del espacio reducido que se propone, rodeado de grandes ejemplos arquitectónicos como el castillo de Chapultepec, el monumento a los Niños Héroes y la (inserte adjetivo cortés aquí), pero vistosa Torre Mayor, todo un reto pues este pequeño espacio que podría condenar a cualquier construcción conmemorativa a “parecer un cenicero” se inserta en una de las avenidas más bellas del país que desde su concepción en los años del Segundo Imperio cuando estaba dedicada a la emperatriz Carlota era un paseo pensado para hacer más agradable el camino entre el Castillo y el Palacio Nacional.

Esta amplia avenida diseñada en 1865 por el ingeniero austriaco Allois Bollan Kuhmackl rompió para siempre la traza reticular de la Ciudad de México. Después de años de descuido, durante el Porfiriato, por órdenes de José Ives de Limantour se remozó, se cerraron las zanjas y se dispuso que los dueños de la casas dejaran por lo menos ocho metros de jardín por lo menos sobre la avenida y, a partir de 1889 Reforma se convirtió en un paseo de historia desde la visión política liberal cuando se comenzó a colocar estatuas de liberales destacados que continúan ahí en mediano estado como testigos mudos de infinidad de acontecimientos urbanos. Otros habitantes del paseo que ya no se encuentran ahí son el Caballito de Tolsá y Los Indios Verdes que formaron parte de una amplia colección de monumentos a los que es un asunto difícil sumar alguno más con presencia suficiente ante sus vecinos.


Precisamente para el centenario de la Independencia Porfirio Díaz encargó la construcción de una alegoría de la libertad (que no específicamente un ángel femenino), a Antonio Rivas Mercado. La columna es un excelente ejemplo de monumento conmemorativo pues une elementos clásicos con los autóctonos en torno a un discurso iconográfico que exalta a las figuras de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Vicente Guerrero, Francisco Javier Mina y Nicolás Bravo reunidos con la libertad nacional, un mensaje claro para cualquier espectador. La idea resulta incluyente, a la visdta de cualquiera y una pieza fundamental de propaganda que trascendió a don Porfirio, como lo hará a cualquier gobernante que intente valerse “del ángel” como nuestro actual gobernador.

Por todo esto me parece imposible entender el proyecto ganador para el Arco Bicentenario y me uno a la pregunta lanzada muy pertinentemente en Clionáutica ¿qué demonios es eso?. En el proyecto del arquitecto César Pérez Becerril ni siquiera veo un arco, una solución que por cierto, no se ha usado en ningún monumento del Paseo de la Reforma y que habría sido interesante ver. Por el contrario hay una torre, que se insertará en una zona comercial donde la renta de locales cubrirá los costos de construcción.



El proyecto no sólo me parece estéril y excluyente, falto de mensajes que remitan a lo que conmemora, si se pretendía alentar un proyecto de continuidad al Ángel de la Independecia mostrando a México 100 años después, erraron el camino, pues se trata de una puerta a un area comercial adornada por Chapultepec donde gracias el nivel del área comercial, me parece que un 95% de la población mexicana no podremos ni asomarnos por la zona, mucho menos celebrar nada.
Durante el porfiriato la construcción de monumentos respondía a la propaganda tanto a nivel doméstico como internacional parte de un proyecto de nación mezclado con negocios, en la actualidad la conmemoración del bicentenario es producto únicamente de proyectos de negocios donde la nación carece de importancia.
Así que... ¿qué con el Arco Bicentenario?


Visto en:
Clionáutica
Jacobo Zabludovsky
Arco del Bicentenario

Datos de:
Vázquez Mellado, Alfonso, La Ciudad de los palacios. Imágenes de cinco siglos, México, Diana, 1990.
Florescano, Enrique, Imágenes de la Patria, México, Taurus, 2005.

1 comentarios:

Jorge Amado Yunes dijo...

Lindo blog, pienso volver cuando tenga un poco mas de tiempo!

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